Por Marco Gómez
En 2004, Atlético Nacional y Junior de Barranquilla jugaron una final del torneo Finalización que se convirtió en uno de los partidos más memorables para los hinchas de ambos equipos. En el partido de ida, el ‘Tiburón’ ganó por 3-0 en el estadio Metropolitano, pero el ‘Verdolaga’ igualó la serie en el Atanasio Girardot, imponiéndose por 5-2 y forzando la definición de la estrella en los penaltis. Aunque los rojiblancos finalmente ganaron la final, el partido deparó anécdotas para todos los que estuvieron allí ese día.
A pesar de la abultada derrota en Barranquilla, el ambiente festivo en Medellín se mantuvo latente. la Unidad Deportiva estaba colmada de filas por todas sus entradas, y aquellos que llegaron tarde debieron buscar puesto como aguja en un pajar. Antes del partido, algunos hinchas brabucones crearon tumultos en la entrada y obstaculizaron la vista de otros espectadores.
El partido comenzó con un inesperado “sí se puede” en la tribuna, y los hinchas verdes no paraban de animar a su equipo. Jorge Rojas envió un centro al área que fue complementado por Edixon Perea para el primer gol de Nacional. El segundo gol llegó pronto a través de Aquivaldo Mosquera, también con centro de Rojas. Aunque Martín Arzuaga consiguió el primer gol de Junior, los dirigidos por Juan José Peláez mantuvieron su disposición ofensiva motivados por el apoyo del público.
Incluso se dice que en los alrededores de la cancha había más balones de los que habitualmente se usan en un partido. Aquivaldo vulneró de nuevo la portería contraria para la tercera diana de los locales, y Carlos Díaz empató la serie con un fuerte remate de larga distancia. El júbilo en el Atanasio fue enorme.
La emoción alcanzó su punto máximo cuando Mauricio 'Chicho' Serna envió un centro que fue cabeceado por Hurtado, logrando un 5-1 parcial que hizo enloquecer al público en el escenario antiqueño y al propio autor del gol. Durante la celebración, Hurtado se subió a la malla de la tribuna Occidental, pero tuvo dificultades para bajar debido a la euforia.
A pesar de que Nacional estaba a punto de ser declarado campeón, a dos minutos del final del partido, el argentino Wálter Ribonetto marcó un gol, aprovechando un rebote dejado por el portero Milton Patiño, lo que redujo la ventaja a 5-2 y obligó a la definición por penales.
Todos los jugadores anotaron, excepto Juan Carlos Ramírez por parte de los dueños de casa, lo que permitió que en el último cobro el 'Toro' convirtiera el penal y desatara la celebración de los aficionados en Barranquilla. A pesar de la decepción en el Atanasio, los jugadores de ambos equipos recibieron una despedida con aplausos después de haber sudado literalmente la camiseta en el campo de juego.
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