Por Marco Gómez
Los tiempos en el fútbol han cambiado. Cada día que será menos vigente la palabra “sorpresa” en este deporte, pues las brechas entre equipos, pero especialmente entre selecciones se irán cerrando y aquellos combinados que históricamente han sido considerados como “débiles”, irán dando más pelea en la cancha.
Corea del Sur evidentemente ya no es una sorpresa. El equipo que ahora dirige Jürgen Klinsmann viene de hacer una destacada participación en el último Mundial, al cual no asistió la Selección Colombia. Y, durante un tiempo entero, se vio esa distancia que hay entre un combinado que viene de disputar una cita orbital y otro que está en un proceso de renovación.
Esta etapa crucial en la historia del fútbol colombiano la dirige el argentino Néstor Lorenzo, quien entre polémicas ha conformado una lista de convocados para esta gira que el elenco tricolor realiza por Asia y ya hizo su primera presentación, la cual terminó siendo empate con el seleccionado surcoreano por 2-2.
Los hombres de Lorenzo se vieron ampliamente superados en la primera etapa del compromiso, en la cual no encontraron vías que le permitieran hacer daño a los locales. Sin embargo, para la etapa complementaria hubo un carril que le permitió a Colombia crear las mejores oportunidades y por donde llegaron los goles del empate.
Fue el carril derecho, liderado por Daniel Muñoz, hombre que se viene destacando sobresalientemente en el Genk de Bélgica; el que le dio la claridad al conjunto nacional. El exjugador de Atlético Nacional creó asociaciones con sus compañeros para destrabar la rápida y ordenada defensa coreana e incluso asistió directamente a Jorge Carrascal para el segundo gol. Acción en la cual dejó ver todas sus cualidades ofensivas.
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