Millonarios está a la expectativa con este escándalo de su rival en Sudamericana

El América MG, uno de los adversarios de Millonarios en la fase de grupos de la Copa Sudamericana, hizo público este lunes que ha rescindido el contrato del jugador Nino Paraíba, quien se encuentra entre los futbolistas implicados en las investigaciones del escándalo de amaños de partidos organizados por una mafia de apuestas deportivas.

El club de Belo Horizonte informó mediante un comunicado que ha accedido a la solicitud del lateral derecho de rescindir su contrato, quien fue el encargado de solicitar dicha dimisión. Nino Paraíba se encuentra entre los aproximadamente 50 jugadores citados en la investigación llevada a cabo por la Policía del estado de Goiás, la cual investiga fraudes cometidos en al menos 13 partidos de la primera división y de torneos inferiores.

El América se suma así al Athletico Paranense como el segundo equipo en rescindir contratos con jugadores involucrados en la investigación, después de que la semana pasada cesaran al ecuatoriano Bryan García y a Pedrinho. Hasta el momento, la Justicia brasileña ha aceptado la denuncia presentada por la Fiscalía contra 16 de los investigados por el amaño de resultados, incluyendo a siete futbolistas.

Los jugadores que serán acusados son: Eduardo Bauermann (Santos), Igor Cariús (Sport), Victor Ramos (Chapecoense), Paulo Miranda (Náutico), Fernando Neto (Sao Bernardo), Matheus Gomes (Sergipe) y Gabriel Tota (Ypiranga). Las autoridades brasileñas han identificado la manipulación de los resultados de al menos 13 partidos de fútbol, de los cuales ocho pertenecen a la primera división del Campeonato Brasileño de 2022 y uno a la segunda.

Este reveló la investigación de las autoridades en Brasil

De acuerdo con la investigación, los futbolistas se comprometían a cometer penales y faltas para recibir tarjetas amarillas y rojas con el fin de favorecer a una presunta organización criminal dedicada a las apuestas deportivas en plataformas digitales. La banda se encargaba de reclutar jugadores profesionales y, a cambio de una contraprestación que oscilaba entre los 10.000 y 20.000 dólares, los inducían a participar en estas actividades ilícitas.