Por Marco Gómez
El fútbol se puede resumir básicamente en tres funciones: defender, generar y atacar. Cada formación, esquema o sistema táctico tiene componentes que están destinados a cumplir un roll específico en pro de poner en práctica esas funciones, de las cuales depende el funcionamiento general de un equipo de fútbol.
Cada jugador tiene una especialidad para demostrar dentro de la ubicación que se le ha destinado. Pero, los mejores, los distintos, los que sobresalen, son aquellos capaces de sobrepasar esos límites y ser capaces de expandir sus funciones con la capacidad de realizarlas habilidosamente para ayudar a sus compañeros.
Esa fue la demostración que dio David Macálister Silva en la noche de este viernes en el ‘clásico capitalino’ ante Independiente Santa Fe, compromiso que se llevaron los hombres de Alberto Gamero gracias a la actuación estelar de su capitán, quien anotó un doblete para poner una ventaja de un gol, luego de que José Enamorado hubiera empatado a un tanto en el primer tiempo.
No es ningún secreto la habilidad y creatividad que tiene Silva para generar juego y clarificar el camino para que sus compañeros de equipo tengan chances de gol. Este partido no fue la excepción. Sin embargo, la diferencia la hizo el olfato goleador del volante creativo, quien marcó ambos tantos tras estar atento y cazar los rebotes de José Silva.
Además de eso, el futbolista de 36 años se floreó en la cancha del Campín. Hizo bicicletas, tiró lujos y se divirtió en un juego de contexto tenso. Como si fuera poco, pudo haber marcado otros dos golazos: un remate de media distancia y otra jugada individual que quiso definir tirándola por encima del portero ‘cardenal’. El jugador veterano está más vigente que nunca.
29/10/2024
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