Por Marco Gómez
Normalmente las victorias en el fútbol deben traer tranquilidad a los hinchas del equipo vencedor, los directivos, la prensa que cubre la institución y, sobre todo, al técnico. Aunque muchas veces un triunfo sobrevenga por cuestiones ajenas a los méritos propios, como, por ejemplo, la suerte; siempre será mejor trabajar bajo la sombra y el fresco de la victoria.
Este sentimiento de tranquilidad se acrecienta cuando se gana con contundencia, cuando se imponen condiciones en el campo de juego, mediante las cuales se amedrentó al rival y se sacó el resultado esperado, tanto en el marcador, como en el trámite de juego y en todas las variables que ofrece un partido de fútbol.
Así le ganó Atlético Nacional al Deportivo Pereira en la noche del viernes, partido que fue disputado en el Hernán Ramírez Villegas. Sin embargo, el local parecía ser el equipo verdolaga, pues fue la escuadra que impuso el ritmo de juego y dominó en casi todos los sectores de la cancha, aunque este equipo aún está en construcción.
Pero, qué tan tranquilo podrá estar el técnico brasileño Paulo Autuori, si la formación que dio una gran demostración de fútbol – la mejor desde que asumió en el banco antioqueño – no es la misma que él venía alineando como titular, es decir, esta formación no es la que el estratega tiene en mente como la ‘ideal’, pero es la que mejor le ha respondido.
Para agregarle un poco más de sazón a esta hipotética preocupación, Jarlan Barrera, uno de los más destacados del ‘Verde’ y gran responsable este buen funcionamiento, termina saliendo lesionado cuando apenas iban poco más de 30 minutos, dejando sin una pieza clave a este onceno que no era el soñado por Autuori, pero es el que mejor le ha pagado.
29/10/2024
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